
Dios es de los tuyos. Vuélvete a las líneas laterales; ese es Dios vitoreándote. Mira más allá de la meta; ese es Dios aplaudiendo tus pasos. Escúchale en las graderías, gritando tu nombre. ¿Demasiado cansado para continuar? Él te cargará. ¿Demasiado desalentado para luchar? Él te está levantando. Dios es por ti.
Dios es por ti. Si él tuviera un calendario, tu cumpleaños...