13 sept 2010


"Lo que les digo en la oscuridad, díganlo ustedes a la luz del día; y lo que les digo en secreto, grítenlo desde las azoteas de las casas". (Mateo 10:27)

La palabra de Dios es real y firme, es verdadera y dinamica. La misma naturaleza y todo lo creado declara su poder.

Cuando permitimos que Jesus entre a nuestras vidas, nos convertimos en su propiedad, en sus amigos, partes de El. Constantemente esta pendiente a nuestro proceder, guia nuestros pasos y esta atento a nuestro clamor.
Aora bien, en lo intimo mientras estamos en oracion, El nos habla, nos instruye, nos añora, nos acaricia con su amor.

Asimismo, su voluntad es que de esto que recibimos, estas palabras que de El escuchamos, sean proclamadas al mundo como un testimonio de su verdad. Es asi como llegamos a ser el Eco de Dios, el eco de su corazon que se espande como ondas y alcanza a todo aquel que esta alejado de su verdad y amor.

Nuestro deber como hijos amados, es estar atento a su voz para obedecerle, es pedirle que entrene nuestros odios espirituales para entender su palabra y su dulce voz y asi repetirlo en todo nuestro entorno, contagiando a otros de su gracia, esa que hemos recibido.

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