30 oct 2010


¿Te ha parecido alguna vez que nadie se fija en ti? La ropa nueva y los nuevos estilos pueden ayudar por cierto tiempo. Pero si deseas un cambio permanente, aprende a verte como Dios te ve: “En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas” (Isaías 61:10).

     ¿Ha decaído tu autoestima alguna vez? Cuando esto ocurra, recuerda lo que vales. “Fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” (1 Pedro 1:18–19).
     El reto está en que recuerdes eso. Que medites en eso. Que te concentres en eso. Que permitas que su amor cambie la manera que te ves.
 
 
 
 
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio,
nación santa, pueblo adquirido por Dios
1Pedro 2:9
 

 
Tomado del libro “Gracia Para Todo Momento”
Autor: Max Lucado

Photobucket

0 comentarios:

Publicar un comentario