4 ago 2010



El antiguo arte chino llamado bonsái ha existido como una forma de arte hortícola por casi dos mil años. El significado literal de la palabra bonsái es, tanto en chino como en japonés, “árbol en una maceta”. Practicado en todo el mundo, el bonsái es un arte sublime en el que la forma, la armonía, la proporción y la escala se equilibran con sumo cuidado y la mano humana trabaja en una causa común con la naturaleza.

Un árbol plantado en una maceta no es un bonsái hasta que se poda, da forma y prepara para que tenga la forma deseada. Los bonsái se quedan pequeños debido al cuidado control de las condiciones de crecimiento de la planta. Solo se permiten que queden las ramas que son importantes para el diseño general del bonsái, mientras que se podan las que producen un crecimiento indeseado. Las raíces del bonsái se confinan a una maceta y se cortan cada cierto tiempo.

La forma de estos árboles es como la encontramos siempre en la naturaleza. Se sabe que algunos bonsáis han vivido por cientos de años y se valora mucho la apariencia de vejez. El bonsái vivo cambiará a través de las estaciones y los años, requiriendo la poda y preparación durante toda su vida. Y a medida que pasa el tiempo, será cada vez más bello.

En realidad el bonsái no será más un árbol común, si no fuera por la disciplina del artista. Al darle constante atención a la dirección del crecimiento, podando todo lo que es feo o innecesario, y fortaleciendo las ramas más vitales se logra una obra de arte que ofrece belleza a lo que rodea por muchos años.
En nuestra vida, es esa misma disciplina la que hace que todo sea diferente entre una vida común y otra que aporta gozo y belleza a todo lo que la rodea. Con la Palabra de Dios como nuestra disciplina, nosotros también llegaremos a ser obras de arte. Tenemos que ser constantes, y saber que nuestro crecimiento es un proceso, no desmayemos, cada día tomemos nuevas fuerzas y seamos disciplinados. Dios no se ha detenido, al contrario, cada día nos lleva en su proceso para que lleguemos a cumplir su propósito en esta vida.


Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.

Hebreos 12:11





Tomado del libro Momentos De Quietud Con Dios
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