18 ago 2010


Durante la mañana, a media noche, y aun cuando no creamos estar pensando en ello, ahí está aquello por lo que nos preocupamos. La preocupación es una fuerza destructiva que nunca ayuda a resolver problemas, sino que añade tensión y a menudo obstaculiza la facultad para hallar soluciones.


 ¡La ansiedad no es algo que está dentro del plan de Dios para nuestra vida!

En su libro, Questions Jesus Asked (Preguntas que hizo Jesús), el doctor Clovis Chappell nos ofrece el siguiente ejemplo:

Hace muchos años, durante los días pioneros de la aviación, cierto piloto se encontraba en medio de un vuelo alrededor del mundo. Dos horas después de haber despegado de su último campo de aterrizaje, escuchó un ruido en su avión, el cual identificó como el roer de una rata. Aunque no estaba seguro, cabía la posibilidad de que la misma se hubiera estado comiendo algún cable vital o de control del avión. La situación era muy crítica. El piloto estaba bastante preocupado y ansioso. Al principio, no supo qué hacer. Se encontraba a dos horas de su último campo de aterrizaje, y a más de dos horas del próximo.

Entonces recordó que la rata es un roedor, y que no fue diseñada para las alturas, sino para vivir en tierra y bajo tierra. Así que comenzó a ascender. Logró ascender unos mil pies de altura, y luego otros mil, y aún otros más, hasta llegar a una altura que sobrepasaba los veinte mil pies. Entonces el roer cesó. La rata había muerto. No podía sobrevivir en la atmósfera a tal altura. Pasadas las dos horas, el piloto hizo descender el avión en el próximo campo de aterrizaje, y encontró la rata muerta.

Amigos, en Jesús la preocupación es un roedor. La misma no puede sobrevivir en el lugar secreto del Altísimo. No podrá respirar en la decisiva atmósfera creada por la oración y la familiaridad con la Escritura. La preocupación muere cuando ascendemos hasta el Señor por medio de la oración y Su Palabra.

¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe,
puede añadir una sola hora al curso de su vida?
Lucas 12:25

Tomado del libro un café con Dios
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