17 ago 2010

Frecuentemente las personas piensan que los cirujanos que intervienen en las operaciones del corazón son “lo máximo” en el campo médico. La misma opinión deben tener, y con mayor razón, las personas que conocen al Doctor William DeVries, iniciador del implante de corazón artificial. Sus compañeros de Hospital Humano en Louisville, Kentucky, describen a DeVries como el médico que les da ánimo a los enfermos desalentados. De vez en cuando. DeVries les cambiaba la ropa a los enfermos, lo cual era trabajo de las enfermeras, y también conversaba con los enfermos cuando ellos deseaban.
Los amigos de DeVries lo llamaban “Zapato viejo”, porque cabe bien dondequiera que vaya. A DeVries le encantaba tener puestas sus botas de vaquero en la sala de operaciones, a menudo operaba escuchando música de Vivaldi o Jazz. “Él siempre tenía una sonrisa en su rostro y buscaba el momento para explotar en una carcajada”, dijo el Dr. Robert Goodin, especialista en corazón de Louisville.
Aunque hayamos alcanzado altos niveles, nunca olvidemos que nosotros comenzamos desde cero. Aunque hayamos nacido en medio de riquezas, nobleza y privilegios, en algún momento fuimos indefensos bebés recién nacidos. El verdadero éxito no consiste en alcanzar un puesto en el cual otras personas nos sirvan, sino dondequiera que estemos, poder desempeñar un puesto en el cual nosotros podamos servir a otras personas.
Les hablo así, hermanos, porque ustedes han sido llamados a ser libres; pero no se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones. Más bien sírvanse unos a otros con amor.
Gálatas 5:13
Tomado del libro Tiempo Con Dios
Honor Books
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